CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO
CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO. EN LAS CALDERAS DE PEDRO BOTERO
en las

EN LAS CALDERAS DE PEDRO BOTERO

 La gansa de Cantimpalos, segoviana, me dijo un día que, estando su marido Pedro Botero para morir; su marido: un rico-hombre de pendón y caldera, y después Maestre de Alcántara que desbarató muchas veces a los moros con varios ardides, tronchó muchas veces sus cabezas cociéndolas en unas grandes calderas, o despeñándoles en una sima u olla muy profunda; les dijo a ella y a su hijo, al que llamaban Lobo, que estudiaba para cura:

-En tal parte está un nido de halcones que yo hallé; os ruego que uno le gastéis en hacer bien por mi anima que va derecha a las calderas, tinas u ollas infernales de penas y fuego, al que las gentes llaman Infierno, donde la vida eterna se pasa muy bien, y de los otros os aprovechéis.

Cuando llegaron por ellos al nido, se les fue el primero, diciendo:

-Este vaya por el ánima de nuestro padre y esposo.

Echaron otra vez la mano, y se les fue uno tras otro, diciendo lo mismo; y así se les fueron todos.

El ánima del padre y marido se les apareció un día algo disgustado diciéndoles:

-No habéis atendido bien mi ruego y deseo, pero no os importe pues, cuando me enterrasteis, el Diablo me asió de los cabellos, sacándome de la caja, llevándome a uno de sus calderos, colocándome al lado de una bella muerta con la vestimenta de la caja abierta, que era de Mambrilla de Castejón, en la Ruta del Vino de Ribera, en Burgos llamada Luz Divina; acomodándome yo a ella de prisa y sin tiempo.

El Diablo sentado en un poyete de una lápida que se abre, al verles les ha dicho:

-¡Felices los dos¡ Tú, hija, ya estás salvada, y a ti te follo yo, una y otra vez.

Daniel de Culla